miércoles, 12 de septiembre de 2012

This must be my time to go away...

"Usted Señor Muñoz nunca aprenderá a escribir"


Condenado en la cruz al alba está el espantapájaros. No es más viejo que los tomates que seducen en cajones del mercado, pero una carrera al tiempo parece haberle ganado.

Sus ojos, apenas una ceniza de aquella brasa vigilante y protectora, palidecen. Los pájaros, risueños, ahora lo rodean y le confiesan el miedo perdido.

Lleva su decadencia con dignidad, con ese “puedo solo” de tanto viejo cargado de arrugas y años. Porque en el fondo sabe. Florecerá con otras ropas, en otro rincón, y otra vez será digno de la confianza del hombre.

Los pájaros renuevan su capacidad de equivocarse en cada nueva cosecha. Volverán a evitar esa  estatua, huirán aterrados de fantasías de piedras, plomo y jaulas.

Sin embargo, llegará el día que esos brazos levantados sean otra vez una invitación al abrazo. La costumbre. La rutina. El tedio. Batallas que se ganan por cansancio.

Pero será tarde para el hambre. Ya se habrá cosechado lo que se había sembrado. Quedará en el fondo solo el campo cansado.

Otra vez se cae la careta. No hay nada que temer. Esa figura harapienta es un mendigo de amor. No hay nada de ira, sólo una serena súplica.

Desde ese día no responderá a su nombre. Los pájaros lo rodearán, lo desnudarán para luego vestirlo de trinos.

Y así, su armadura otra vez será árbol.

http://www.youtube.com/watch?v=XyMVAGoGTXo