viernes, 31 de agosto de 2012

Ciento cuatro siento tanto

Si el corazón pensara, se detendría.

La primera vez que te vi tuve ganas de abrazarte.
Un nenito que pedía upa.
Nada de coger y esas pavadas.
Dormir contigo, en el sentido más honesto de la palabra.
Qué el 104 siguiera de largo, sin respetar recorridos, horarios ni paradas.
Levantarnos en Brasil, desayunar banana frita y reirnos sin pensar en nada.
Saber tu nombre, la historia de esa cicatriz debajo del labio y ponerle nombres a todos los lunares de tu espalda.
Yo después te hablaría de mi. Te contaría todo lo que me aterra y disgusta, y me quedaría desnudo con la camisa transpirada.
Una música sonaría, imperceptible al principio.
Audible sólo después, cuando ya la estuvieras bailando y me invitaras.
Los músicos no bailamos.
Los cobardes son los que no bailan.
Dale, vení! Que vengás! De venganza.
Por todas esas veces que quisiste ser y no fuiste.
Pica por mi y todos los Henry. Todos salvados. Todos acá.

Flaco, flaco...no oís? Me bajo en la que viene, dejame pasar boludo.


6 comentarios:

María Mácula de Rojo dijo...

Me paso tomando cientocuatros, mi novio vive cerca del geánt. Demoran una eternidad, en una parada alguien escribió "la vida pasa, el 104 no". Aunque cuando van por la rambla el paseo se vuelve lindo.
Me encantó lo de desayunar banana frita, y no me gustó tanto ese "tú" falso. Me suena muy falso, a menos que seas de Maldonado o Rocha, ahí estás perdonado.
Beso, siga escribiendo que siempre leo

María Mácula de Rojo dijo...

che, no soy paulista, soy montevideana

Anónimo dijo...

lindo!

La Vida Curva dijo...

Vos también te vas a Brasil en tus sueños?.. o en tus realidades?
Yo creo que voy un día de estos,
estás invitado. Capaz no sería tan romántico pero bailaríamos mucho y te reirías en exceso.
saludos!

Bur. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Eva Letzy dijo...

Jajaja! Me encanta el final...
Saludos